El sapo corredor se encuentra en una amplia variedad de hábitats, siendo capaz de
sobrevivir en zonas bastante secas siempre que disponga al menos de
alguna charca para reproducirse. Éste en concreto estaba en una de las zonas más húmedas de España, junto a un río de los Alcornocales. Se distingue del sapo común
por una línea amarilla o verde claro longitudinal en la mitad de la
espalda. Cuerpo rechoncho y muy verrugoso; glándulas parotídeas
paralelas. Tienen patas relativamente largas que le dan su distintivo
andar en contraste con los movimientos de salto de muchas otras especies
de sapos.
Sapo de entre 5 y 6 cm de longitud, con máximos en las hembras de 9,5
cm y en los machos de 9 cm. Muy raramente alcanzan los 12 cm. Las
tallas de las poblaciones ibéricas son algo mayores que las
centroeuropeas, a excepción de la población de Doñana donde se observa un fenómeno de enanismo.
Es de aspecto robusto, con las pupilas horizontales, el iris verdoso y las glándulas parotídeas muy marcadas y paralelas. Los machos tienen los brazos más robustos y las patas más largas que las hembras.
Vive más de 12 años y se alimenta de insectos y otros invertebrados.
De noche se mueve a lo largo de terrenos abiertos con vegetación;
recorre considerables distancias cada noche, posibilitando a la especie
la colonización de nuevos hábitats muy rápidamente.
Su llamada de apareamiento es muy fuerte y distintiva que se repite
sin descanso, amplificada por el saco vocal bajo el mentón, que les
permite reunirse a pesar de encontrarse en poblaciones pequeñas. Además poseen un grito de suelta que se emplea entre machos que se han acoplado por error.
En la península ibérica, su fenología reproductiva es muy amplia, dependiendo de los periodos de lluvia. Así,
puede comenzar en otoño en levante y terminar en junio en las
poblaciones del centro peninsular en altitudes por encima de los 1000 m.
En el resto de su zona de distribución se reproducen desde finales de
abril a julio, con acoplamiento axilar. Cada hembra puede depositar
varios miles de huevos, formando «ristras» en charcas. La puesta en la
charca necesita tener un ligero gradiente de profundidad, con vegetación
rala en las orillas y en el agua. Frecuentemente son charcas
temporales, a veces tan efímeras como roderas de vehículos, y en
ocasiones las larvas mueren cuando aquellas se secan. Este riesgo se
compensa con el dilatado periodo de apareamiento realizado por distintos
individuos, de forma que se pueden encontrar juveniles en septiembre
con uno o cuatro meses de edad.
Salud.
El texto está sacado de la wikipedia
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