Las fotografías de paisajes y de fauna que aparecen en este Blog y los textos que las acompañan están hechos por mi, a menos que se diga lo contrario.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Subida al Torreón.

Esta mañana me desperté a las 7:40 y no tenía ningún plan. Era mi primer día de vacaciones y, como la semana anterior ya había ido 3 veces a la sierra pues no tenia planeado ir otra vez. Desayuné y me quedé en el sofá viendo la tele hasta que uno dijo "la vida está para gastarla porque este día que pasa no lo vas a poder usar en otra ocasión" Esa frase me hizo aparcar la pereza y decidí ir a la sierra a ver donde terminaba. Salí a las 10:00, muy muy tarde para mi gusto, por lo que mi idea era hacer la ruta desde Benaocaz al Salto del Cabrero y, una vez allí, ver hacia donde iba dependiendo de la hora que fuera, pero mientras llegaba a El Bosque vi la increible silueta del Torreón y me dije a mi mismo esa frase que a todos nos han dicho alguna vez "no hay cojones" jejeje. Era lunes, por lo que no habría problemas para el permiso, así que fuí a la oficina del parque y lo pillé. Llegué al aparcamiento y empecé a andar a las 11:45. Según el cartel eran 3 horas de camino solo la ida, por lo que no podía dormirme en los laureles.
El camino no tiene pérdida. Se resume en subir, subir y subir. Aquí más que nunca es importante el ritmo de subida. De pequeño me decía mi padre que para subir una montaña "hay que subir como un viejo para llegar como un joven, porque si subes como un joven llegarás como un viejo" Las vistas empiezan a ser espectaculares desde el primer momento.



El sendero pasa por zonas de sombra y, cuando llevas más de la mitad, se empieza a abrir.



En torno a los 1550m entramos en una garganta con zonas húmedas donde encontré varias cabras montesas que andaba por allí.
Y al fin llegué al último tramo. Este último tramo es el más delicado porque hay que trepar en alguna ocasión pero nada que con cuidado no se pueda superar.

Y al final llegué arriba en poco más de 2 horas, por lo que tenía tiempo de sobra para disfrutar de las vistas.
Ver a tus pies el pinsapar es un gustazo para la vista.





Allí, en la misma cumbre, vi varios ejemplares de acentor alpino.
Durante el camino veremos varios ejemplares de pinsapo.
Y desde allí regresamos por el mismo camino por una bajada que se hace algo larga hasta que vemos los coches.
Y aquí podeis ver el perfil de la ruta.
Resumiendo, una ruta de las clásicas que hay que hacer de vez en cuando y que no defrauda nunca.
Salud.

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