Este mes de agosto he tenido una experiencia chulísima en el Cantábrico donde he pasado más de 1 hora haciendo snorkel con 2 tiburones azules.
Lo he realizado con la empresa makopako. La experiencia comienza en el precioso puerto de Bermeo donde nos explican como será todo y las reglas básicas a cumplir.
Nos subimos al barco y navegamos varias millas mar adentro hasta que paran los motores y nos quedamos a la deriva. En ese momento el guía lanza dos cuerdas con cabezas de bonito amarradas y otra que se hunde un par de metros con restos de los mismos bonitos. A parte de esto, el guía no para de echar sangre mezclada con agua y restos por la borda para atraerlos.
Nos comentó que es normal que tarden una hora y media en aparecer y fue este el caso. La verdad es que llegó un momento en el que el pesimismo empezó a reinar en mi cabeza, pero cuando paró y dijo, este es el punto donde ayer lo vimos. En ese momento salió uno del agua y comenzó a atacar uno de los cebos.
En ese momento nos preparamos y cuando el guía vio que no había problemas y estaba tranquilo el animal, nos dio la autorización para ir bajando al agua. Nosotros estábamos agarrados en otra cuerda que estaba lanzada por la proa, en teoría no nos podíamos soltar de ella, pero un chaval algo subidito y que iba de listillo, hacía lo que le daba la gana. Fallo del guía que no le dijo nada. Menos mal que los animales se portaron y siguieron por allí, porque se llegan a espantar por su comportamiento y hubiéramos tenido un problema allí. Eso fue la única nota negativa del viaje. Una vez dentro, el tiburón se movía entro nosotros y los cebos, de forma tranquila y curiosa, por lo que disfrutamos muchísimo.
De vez en cuando iba al cebo y daba unas grandes mordidas.
Y también tuve la suerte de que se me acercara un par de veces a curiosear llegando a tocarme. La verdad es que mola muchísimo ese momento cuando lo ves venir hacia ti. Sabes que no te hará nada, pero, aunque lo sepas, es un tiburón y eso impone en medio del mar. El siguiente video es cortesía de Bea, una compañera de aventura.
Cuando estábamos concentrados en el tiburón, me pasó por debajo otro ejemplar dándome un sustillo y se unió al encuentro.
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