Las fotografías de paisajes y de fauna que aparecen en este Blog y los textos que las acompañan están hechos por mi, a menos que se diga lo contrario.

viernes, 13 de octubre de 2017

Playa del Cañuelo, un maravilloso plan B.

La idea de esa mañana era hacer la  ruta circular desde el faro Camarinal hasta la playa de Bolonia por la costa y volver por la pista superior. Como hay que aprender de los errores, y la semana pasada echamos en falta un bañador para darnos un chapuzón al finalizar la ruta por Tarifa, pues en esta ocasión nos lo llevamos, es más, como sabía lo cristalina que son las aguas de la zona me llevé hasta las gafas de bucear.

 Dejamos el coche en el parking que hay debajo del faro. Para llegar a la Playa del Cañuelo hay que subir hasta él, girar a la izquierda y bajar por un sendero, algo complicado para ir cargados en plan playa tradicional, entre pinos y enebros costeros. Yo no conocía esa cala y me ha encantado. Es una de las pocas playas vírgenes que quedan en Cádiz, rodeada de pinos y acantilados, sin ninguna construcción humana, a parte de un destrozado bunker.

Cuando bajamos nos dimos cuenta que estábamos solos. Esto es lo bueno de vivir en Cádiz, que en octubre tenemos este paraíso para nosotros sin ninguna masificación. Cruzamos la playa y subimos la ladera opuesta, pero nos encontramos con una alambrada militar con carteles prohibiéndote el paso. Sabíamos que pegado a la costa se puede pasar sin problemas, pero después de cruzar la playa vacía pensamos..... Que le den a la ruta y vamos a disfrutar de este paraíso.
Ya la haremos otro día cuando el frío llegue..... jejeje. Sin pensarlo demasiado nos fuimos cerca del acantilado, nos quitamos los bártulos y en menos de 5 minutos ya estaba el tío en el agua con el bañador puesto, las gafas y cámara en la mano. jajaja. El agua estaba fresca pero soportable.
Era una piscina. La visibilidad era de decenas de metros. Una auténtica maravilla.




De vida tampoco estaba mal la cosa. Vi muchos tipos de peces como estos lenguados, salmonetes, mojarras, sargos, etc..


Un par de chocos camuflnadose en la arena o cogiendo el color de las algas. Impresionante este animal.

Un plumero, un centollo y muchos erizos.


Otra cosa que he aprendido hoy es, si me llevo las gafas, coge el tubo también pisha, que no pesa nada y es un auténtico coñazo bucear sin él. Llego a tener el tubo y las aletas y todavía esto allí. jejeje.
A partir de las 12 empezó a llegar algo de gente y a las 13:00 regresamos a casa tomando nota y deseando volver otro día en plan playa que, viendo el tiempo que tenemos por ahora, seguramente de tiempo todavía.

Salud.

lunes, 9 de octubre de 2017

De Tarifa a Guadalmesí.

El fin de semana pasado, como todavía no llueve y las temperaturas son demasiado altas para adentrarte en la Sierra, nos fuimos al estrecho, más concrétamente a la ruta más al sur de Europa. Esta ruta forma parte de un antiguo camino que unía Tarifa y Algeciras, pero actualmente, la parte de Algeciras está muy perdida, aunque algún día lo intentaremos. jeje.
Realmente se parte de la misma Tarifa, desde el mismo Castillo, pero hicimos algo de trampa y fuimos en coche hasta el Centro para la Investigación de la Migración y el Cambio Global. Dejamos el coche junto al observatorio y bajamos hasta dar con el sendero y girar al Este.


Como el camino es de ida y vuelta por el mismo lugar, las fotos son sólo de la vuelta. Durante la ida me dediqué a observar las rapaces que luchaban con el viento de levante. Las aves que vimos fueron culebreras, calzadas, gavilanes, laguneros y buitres. Vimos como algunas culebreras volvían a Europa después de un fallido intento de cruce. Pero lo que más me llamó la atención fue ver un tunar con higos, aunque como se ve en la fotografía, ya tiene principios de la enfermedad. Parece mentira como se puede extinguir una especie de un año para otro.



El sendero va paralelo a la costa, acercándose varias veces a la playa y teniendo unas vistas increíbles del estrecho durante todo el recorrido. El sendero no tiene pérdida, se pasa por cuarteles, bunkeres y demás ruinas bélicas. Del senderos se pasa a una pista forestal que llega hasta la misma torre.










Es una ruta de unos 14 km que no tiene ninguna dificultad. El camino es cómodo, el sendero marcado y sin ningún desnivel. Lo único malo es la total ausencia de agua dulce y sombra, por lo que el agua, gorro y protección solar son imprescindibles.

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